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El Gobierno mira hacia Francfort. De ese lugar, sede del Banco Central Europeo, espera que lleguen buenas noticias en cuestión de horas. El jueves, el BCE decidirá si imita las políticas de mano abierta de bancos centrales como los de EE UU y Japón para animar la economía europea o, por el contrario, permanece de brazos cruzados.
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